De Mike Mejía. August 13 - 2017.
(Este artículo fue publicado primero en DEM) http://deusexmagnifica.com/2017/08/11/bang-gang-juventud-desperdiciada-en-una-pelicula-despercidiada/
(Este artículo fue publicado primero en DEM) http://deusexmagnifica.com/2017/08/11/bang-gang-juventud-desperdiciada-en-una-pelicula-despercidiada/
Sexo entre adolescentes, drogas ilegales, aburrimiento, desatención y enfermedades venéreas. Suena a algo que ya se ha hecho y que quizá para las más jóvenes generaciones no resuene tanto, pero fue una de las películas más importantes dos décadas atrás y significó una incisiva reflexión sobre el rumbo de la generación X, y su nombre fue Kids, dirigida por Larry Clark. Desde entonces varias películas, no solo estadounidenses, han intentado el mismo impacto dramático y conscientivo al retratar juventud extraviada y entregada a excesos. Pero ni el propio Clark ha vuelto a conseguir el nivel de realismo y legitimidad que con su cinta de 1995, ni siquiera cuando intentó hacer una versión francesa de ella. Hoy, el país galo busca, con toda su habitual intención de transgredir y provocar, formular una nueva llamada de atención a la adolescencia desubicada. El resultado es lamentablemente mediocre.
Aparentemente basada en un hecho real, la historia trata sobre un grupo de adolescentes de una pequeña ciudad en la costa francesa, en medio de una ola de calor y noticias sobre desastres y tragedias en todos los medios. La única forma en que estos chicos pueden sacudirse el aburrimiento y la saturación de su entorno, es con la experimentación y el desenfreno que su poco criterio y alto nivel de hormonas les exige. Ante la ausencia de la madre de uno de los chicos y al contar con casa sola, comienzan a organizar fiestas donde un juego de verdad o reto rápidamente evoluciona en sesiones sexuales con uso de drogas recreativas, a lo que se añade grabaciones con el teléfono celular y orgías cada vez más numerosas y libres de precauciones.
Bang Gang no es Kids ni busca serlo. Además de que no hay los elementos, tales como una adolescencia de clase media-baja altamente expuesta debido a la desinformación y la desatención, la intención en el filme francés se dirige hacia la exploración humana de los personajes y sus detonantes emocionales, no es una película sobre un problema social y sus consecuencias. En Bang Gang hay una cierta perspectiva de responsabilidad hacia los personajes, quienes a diferencia de los plasmados por Larry Clark, no son víctimas de una sociedad sino victimarios de sí mismos.
Lo anterior puede sonar positivo cuando a la actual generación se le señala de privilegiada e inconsciente. Muy oportuno sería un relato sobre jóvenes ricos, altamente informados y cobijados por un ambiente de cultura y desarrollo económico que son dueños de sus cuerpos y de sus decisiones, y son responsables de las consecuencias. Donde las escenas explícitas sean señal de una personalidad aquejada por el entorno hostil y que busca un refugio.
La película se vende bajo la frase “una historia de amor moderna”, y en este aspecto es realmente pobre. Se trata de un romance desarrollado superficialmente y sin autenticidad. Sin embargo, se mencionan frases como “ser la propia luz”, un pensamiento que habla sobre la necesidad de estos jóvenes de un apoyo sólido emocional, y de una protección ante la realidad cada vez más terrible y que en los medios se bombardea todos los días.

Desgraciadamente, la evolución de los personajes, las crisis en las que se ven envueltos y el desenlace de estas, no vuelven a esta película un mensaje sobre la responsabilización ni sobre la madurez de una generación. Tampoco logra una inmersión suficientemente humana y real para apreciar esa necesidad afectiva, ese desamparo interno ni la vinculación entre tales aspectos y el sexo.
La última parte, sobre el resultado de la irresponsabilidad, se da de maneraacelerada y ausente de análisis y ausente de análisis.
No parece haber huella en los jóvenes de lo que hicieron ni de lo que ello provocó. El evento se deja atrás sin aparente aprendizaje ni evolución para nadie. Y no es que sea poco realista que para un chico rico del siglo XXI, adquirir una enfermedad venérea después de numerosas orgías se arregle con una pastilla y todo quede en recuerdo. Pero si se hace una película para limitarse a plasmar eso, es algo lamentable además de poco original.

Una historia moderna debería buscar el fondo en los disparadores psicológicos que llevan a adolescentes provistos de todos los medios y la información, a aun así cometer actos estúpidos. “La adolescencia es así, todos son idiotas”, dicen ya muchas películas, ok ¿hacía falta una mas? Ver Gang Bang puede ser divertido para ver cuerpos jóvenes excitados sin inhibición, pero no para explorar los dramas que hoy nos deben importar.






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