Mi Cielo.

De Andrea Reséndiz Coeto. August 13 - 2017.



Siempre miraba el Cielo. No siempre se veía tan cerca. Nunca lo pude tocar.

Caladas de aire, acariciaban mi cuerpo. Su lluvia me desprendía de la materia que cubría mi piel. Sus gotas una a una me tocaban cada parte vulnerable de mi alma. Y sus nubes pintaban sobre él una sonrisa. De repente bajaban, y yo les daba algunos versos que había escrito para él.

Nunca deteste su frialdad, tenía que serlo. Y aunque no viera por días el intenso azul de su ser, no dejaba de hablarle cada mañana.

Algunas veces ardíamos en pasión, tardes con su corazón encendido en llamas que sonrojaban las nubes. Nos ocultábamos atrás de las montañas, tocando con el último suspiro del ocaso, el primer momento de la noche.

Es destino era incierto para tal amor. Y con certeza una tarde en la azotea, con fuerza y coraje le pedí que se casara conmigo.

Y no pasó nada. Ya me he perdido unas cuantas tardes, me he cubierto de la mayoría de las lluvias, y me he quedado en casa las mañanas de viento. Pero cada mañana al verlo por mi ventana, espero que el Cielo tenga una respuesta.

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