José Antonio Meade Kuribreña, el presidente electo de México - (2018).

De - 2 de Diciembre de 2017.

Meade siendo presentado ante la Canciller de Alemania, Angela Merkel.


José Antonio Meade Kuribreña, el presidente electo para México.

Todos lo sabíamos. De alguna manera, aquellos que medianamente seguimos la política de nuestro país, esa misma que esta escrita sobre una larga, solida, y priista historia, predijimos que José Antonio Meade Kuribreña sería el candidato del PRI para las próximas elecciones presidenciales en México - (2018).

Meade, de apellido naturalmente inglés, se perfila, desde ya, como el próximo presidente de los Estados Unidos Mexicanos. México, fiel a su historia, será nuevamente conquistado por un hombre blanco, de buen porte, educado en sus movimientos, protocolario como Enrique Peña Nieto, hombre de Estado pues.

Pero mis palabras, insisto, no son nuevas., 

Es nuestra pesada carga histórica, esa que nos quieren borrar de nuestras materias de secundaria y preparatoria la que nos cuenta vorazmente como llegaron en barcos hombres blancos, creyéndoseles semi Dioses por llegar cabalgando en poderosos caballos, de fortaleza y musculatura desconocida en lo que seria la llamada “Nueva España”.

Así José Antonio Meade es hoy el candidato priista sin ser priista, porque el PRI, hay que reconocerlo, es el partido mas fuerte de México. Ese que demuestra unidad para no tener estúpidas batallas internas como las que vemos en el PAN con Ricardo Anaya haciendo cualquier intento burdo por ser el candidato del Frente Ciudadano, o el caso de Margarita Zavala quien en su ambición por el poder y al verse limitada por la insistencia de Anaya decidió separarse de su partido natal.

Ese es el PAN hoy, está fracturado, no existe un sólo partido en él.

Eso, por supuesto, favorece la candidatura de Meade, al no haber una oposición real desde su rival político directo.

Ayuda también que Meade ya trabajó en gobiernos del PAN, donde participó como secretario de Energía y también en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Es decir, fugázmente, que Meade es un hombre que se ajusta a las necesidades de gobiernos salientes y entrantes. ¿es que entonces existe una sola forma de gobierno? ¿hemos sido engañados creyendo que nuestras preferencias políticas importan un carajo mientras hombres de Estado se dejen acomodar como lo han hecho con Meade Kuribeña?

Esta, que es una fortaleza de Meade, asegura también una buena cantidad de votos panistas que querrán del gran pastel que tendrá José Antonio.

Es casi un hecho, el próximo presidente de México fue presentado ayer de manera no oficial ante México y el mundo.

Algo hay que reconocerle a Meade, como Secretario de Relaciones Exteriores con el PRI logró darle a México la posición de ser un verdadero actor global.

México no es, por tradición, solamente uno de los diez países más visitados del mundo. Considerando que existen actualmente 194 países en nuestro planeta, hemos de decir que tenemos una posición privilegiada que debe ser aprovechada y protegida por cada ciudadano como tú y como yo.

Meade fue un viajero por el mundo mostrando la riqueza cultural de México y eso en términos de política exterior es un acierto innegable.

Está, del otro lado, incluso más arriba hoy en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, el eterno candidato.

La carrera por la presidencia ha iniciado y estos dos hombres son quienes realmente competirán por la silla presidencial.

Meade es un hombre que nunca ha sido priista pero que debe su status político en buena medida al PRI y por eso el actual presidente, Enrique Peña Nieto, le ha confiado al país para el próximo sexenio, debiendo guardar así lealtad no solo a México sino al partido, lo que genera un conflicto de interés con carácter de seguridad nacional.

Aun así, con el mito histórico del dedazo del presidente en la historia de la democracia mexicana, seremos nosotros, mexicanas y mexicanos, quienes tendremos el legítimo derecho de elegir al próximo presidente. 
(Dos cosas nadamas, votar y evitar la corrupción.)


Que gane pues el mejor para el país.

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